Sé optimista, ve la vida con voluntad y perseverancia
Voluntad, optimismo y perseverancia
He aquí las patas de un trípode para asentar la vida: la voluntad, el optimismo y la perseverancia.
El optimismo nos impulsa y ayuda a realizarnos, a ser felices,
colabora para una buena salud y en muchos casos para el éxito, o sea,
para triunfar en nuestro caminar. El optimismo es un antídoto contra
todas las enfermedades mentales.
El optimismo se da la mano con la perseverancia, porque
"el desánimo no es más que la excusa de los haraganes" (Carlos Dullín).
En este tema debemos ubicar a la voluntad que nos dice: "Para realizar
grandes planes son necesarias tres cosas: una cabeza de hielo, un
corazón de fuego y una mano de hierro".
El optimismo es un estado de ánimo que nos
mueve a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. Si a esta
situación le agregamos la perseverancia -que tiene como base la
constancia en la realización de nuestros sueños y proyectos- todo estará
encaminado al éxito.
Si sumamos la voluntad, que es la potencia espiritual para realizar o no determinada acción, tendremos el equilibrio deseado.
Pero hay que comenzar en uno mismo. Todos
queremos arreglar el mundo que nos rodea, pero como escribió Bossuet,
"entre los hombres es un gran defecto querer arreglarlo todo sin tener
la valentía de arreglarse a sí mismo".
A pesar de las dificultades se debe conservar la esperanza
para intentar nuevos caminos que nos lleven al triunfo. Los optimistas
no se cansan de buscar y buscar, de volver a iniciar tareas. Los
pesimistas, en cambio, se quedan en la cuneta mientras se escucha un
ronco murmullo: "no se puede..."
A veces nos sorprende descubrir una flor en un sitio insólito. A
partir de ello podemos decir con Adela Kam: "Es preciso florecer allí,
donde Dios Creador nos ha plantado”. Quien vive la vida con optimismo se
sentirá feliz y hará felices a los que comparten el caminar de cada
día.
Si nos dejamos guiar por la voluntad,
aprovecharemos tantas inspiraciones luminosas. Por eso, hagamos trabajar
nuestro cerebro, recordando que una idea realizable, una sola idea,
puede darnos felicidad, medios para vivir con dignidad y ser santos, que son las personas que no le hacen trampas ni a Dios, ni a los hombres.
Respecto de la perseverancia, san Pablo tiene
un mensaje extraordinario cuando en una carta le confía a su amigo
Timoteo: "He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, siempre
fiel a la fe. Sólo me resta recibir la corona de los santos que me dará el Señor aquel día" (2 Timoteo 4,7).
Si utilizamos correctamente el trípode: voluntad, optimismo y perseverancia, haremos camino al andar.
http://www.svdargentina.org.ar
La perseverancia, la voluntad y el pensamiento positivo son pilares importantes para lograr cualquier meta en la vida.
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